jueves, 29 de enero de 2009

One Flew over the Cuckoo's Nest

Lo más chistoso es que ni siquiera deberíamos existir a forma de ideas o de pequeñas pulsaciones que tampoco deberían haberse sucedido en ideas. Como panetones en semana santa o como un sistema operativo que no se cuelga, somos milagros de dos dimensiones, quizás libres, quizás vivos, y aunque deberíamos haber sido criados con tremendo complejo de inferioridad, por ni siquiera aparecer en las carátulas de atrás de los singles más oscuros, nosotros sí nos cagamos en todo, y no respetamos a nadie y ni siquiera tenemos buena ortografía o semántica o gramática. Nunca nos consideraron no porque nos falte el espíritu o las ganas de flotar, sino porque nos falta la seriedad, y recién ahora nos dimos cuenta que los huevas tibias de Eblogger no nos iban a censurar nada. Tampoco es que seamos marineros o algo así: por algo el Moquiflojo ganó el título de Más Aseado del Barrio el año pasado. 

Huele riquísimo afuera. Como los árboles, Faulkner Style. Ni siquiera acabamos el libro y ya lo plagiamos. Había este quiteño rayadísimo que nos decía en los talleres que la literatura era el plagio más grande de todos. Siempre se ponía chalecos sin manga. Supongo que tiene razón, y por eso mismo creo que los libros que los curas le hacen leer de chico le culminan cagando la prosa. Pero no nos vamos a poner polémicos en el primer post: de una forma u otra, somos los menos desarrollados de todos. Somos los loops del fondo y las líneas de bajo más ordinarias. Los samples que el quinto integrante se pone a grabar en la playa. Estamos tan crudos que ni el ahueve se nos pasa, y el Rulosdechendo no puede ni respirar bonito.  Reserio lo del quiteño: en los 30 días del taller, le vimos los bíceps literarios todos los putos días. Hecho Hemingway el infeliz, y al final acaba todo con la efe de Fabulosamente Poco Desarrollados, los Músculos. 
Eso sí, ni bien salimos, el Ramón se encontró con esta maravilla en la tienda de discos usados (entre las calles www.pirate y bay.org) . Según el man, que no es para nada snob, es lo mejor que ha salido desde el 10 de octubre del 2007. Como si no hubiese nacido ayer.



Es el Merriweather Post Pavilion de los Animal Collective, y está más bueno que el ají de Doña Piedad. Aunque por allá no hemos pasado en años: ahora que sí estamos libres, deberíamos revisar la tabla de prioridades. ¿Quién sabe dónde juega el próximo partido el Delfín, de todas formas?

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